La sequía está empeorando la seguridad energética Europea

Mientras Europa enfrenta lo que puede ser su peor sequía en 500 años, en los lechos de sus ríos comienzan a florecer rocas que indican la escasez de agua, y que en la antigüedad fueron sinónimo de potenciales hambrunas. La hambruna no es inevitable en la era moderna, pero esta sequía ha llegado en medio de una crisis energética, y la falta de agua amenaza con empeorar la escasez de energía.

Los niveles de agua en los ríos de transporte de carga de Europa han estado disminuyendo durante gran parte del verano y todavía son bajos en la actualidad. Las barcazas han estado transportando cargas reducidas para que no se asienten tan profundamente en el agua.

Partes del Rhein se cerraron efectivamente al tráfico durante un período, ya que las compañías navieras decidieron que no había suficiente agua para operar de manera segura o económica. Esa fue una preocupación para las cadenas de suministro en general, pero un resultado fue que algunas centrales eléctricas alemanas  quedaron sin suministro de carbón. Gracias a algunas lluvias, el tráfico fluvial se ha reanudado por ahora, pero las capacidades aún se reducen.

Francia, por su parte, no es un país que se preocupe por el suministro de carbón: la mayor parte de su electricidad es nuclear. Pero las centrales nucleares necesitan agua de refrigeración, y los ríos franceses han tenido caudales históricamente bajos y, gracias a la ola de calor de este verano, altas temperaturas.

Algunas centrales eléctricas francesas han tenido que reducir su producción para cumplir con las regulaciones ambientales que limitan cuánto pueden calentar los ríos. Combinado con muchos cierres de mantenimiento este año, esto ha llevado al país más famoso por adoptar la energía nuclear a convertirse temporalmente en un importador de energía.

Noruega es otra nación que es tradicionalmente energéticamente independiente. La red eléctrica allí funciona casi en su totalidad con hidroelectricidad y, por lo general, hay excedentes de energía para exportar. Pero sin precipitaciones hay menos energía hidroeléctrica disponible, y con sus embalses a niveles inusualmente bajos, las autoridades noruegas están considerando restringir las exportaciones de electricidad para proteger su suministro interno.

Si bien después del Brexit, Inglaterra no forma parte de la Unión Europea, y tampoco depende directamente de la producción eléctrica del continente europeo, esta se ve afectada colateralmente como consecuencia del aumento del precio del gas y el aumento del precio de la electricidad importada, influyendo en el precio mayorista de la energía Británica. A su vez, en segundo lugar, puede afectar a la seguridad del suministro en el invierno. Gran Bretaña está acostumbrada a poder importar más de 6 GW de electricidad por cables desde Francia, Noruega, Bélgica y los Países Bajos. Estos interconectores pueden satisfacer alrededor del 12 % de la demanda máxima de invierno de Gran Bretaña, aunque Gran Bretaña normalmente no usa tanto.

Sin embargo, Noruega ya ha anunciado que puede optar por almacenar su agua limitada en embalses en lugar de convertirla en electricidad y exportarla , y mientras la UE se prepara para actuar sobre los precios de la energía, es posible que sus países miembros hagan lo mismo y prioricen el uso doméstico. de sus recursos.

Algunos analistas advierten que es posible que Francia no esté en condiciones de exportar este invierno aunque quisiera. Todo esto significa que la energía que Gran Bretaña normalmente pueda importar del continente puede simplemente no estar disponible este año, lo que aumenta el riesgo de escasez si el clima fuese especialmente malo.

La mayor parte de esto todavía estaría sucediendo sin la sequía de este verano, por supuesto, está lejos de ser la principal causa de la crisis energética. Pero cada unidad de gas que se quema ahora para reemplazar la energía hidroeléctrica noruega, el carbón alemán o la energía nuclear francesa es una unidad de gas que no se puede almacenar para el invierno que se avecina.

Este verano ha demostrado que la interconexión de los sistemas que damos por sentado. A veces se denomina “ nexo energía-agua ”, la idea de que los suministros de energía dependen del agua y los suministros de agua dependen de la energía, y que desarrollar más de uno generalmente requiere más del otro. A medida que nos alejamos de las grandes centrales eléctricas de combustibles fósiles hacia las energías renovables como la eólica y la solar, probablemente reduciremos la necesidad de agua.

Entendiendo que la guerra Rusia-Ucrania irá para largo, y los países europeos deberán prepararse para sustituir el gas ruso, pero también combatir los efectos del cambio climático, a través del desarrollo tecnologías de hidrógeno para producir y almacenar energía, es vital analizar la posibilidad de crear swaps energéticos entre Argentina y Europa, donde se desarrolle un instrumento financiero de tipo "swap" que le permita canjear con Europa moléculas de gas presente por gas licuado futuro que sería provisto a Europa cuando este finalizado el gasoducto de Vaca Muerta.