Como puede la transformación digital e innovación combatir el cambio climático?

Innovación digital al servicio de las comunidades del interior

Red de Ciudades Emergentes 11 de abril de 2024 RN
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El rol decisivo de la innovación para frenar el calentamiento global fue uno de los grandes consensos de la pasada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en la última COP cobró nuevo impulso. El Grupo BID lleva años trabajando de manera consistente para convertir la innovación en motor de un desarrollo que mejore vidas en América Latina y el Caribe con el BID, su brazo del sector público, BID Invest, la rama privada de la institución, y BID Lab, su laboratorio de innovación.

La innovación en materia climática tiene, sin embargo, especificidades determinadas por fallas de mercado propias y significativas que ralentizan su desarrollo, adopción y escalamiento. Como sucede con cualquier innovación en etapa temprana, los actores privados encuentran dificultades para percibir los réditos de la innovación, los costos de generar nuevas ideas son onerosos y los descubrimientos incipientes pueden beneficiar a otros agentes del mercado, que aprovechan la naturaleza no excluyente del conocimiento creado. Al igual que en la mayoría de las nuevas tecnologías, los riesgos son altos y, muchas veces, representan barreras insalvables para las compañías de innovación temprana. Con todo, los beneficios de investigar y desarrollar la innovación climática se multiplican para la sociedad, haciendo que el valor económico de las tecnologías climáticas sea mucho mayor que los retornos esperados en un sector todavía desatendido por la inversión privada.

Cuando operan en un ecosistema de innovación saludable e interconectado, los emprendedores y las startups pueden salvar buena parte de las dificultades y asumir riesgos tecnológicos y de mercado, incluso en innovación climática. Pero en América Latina y el Caribe, los emprendedores en soluciones de medioambiente encuentran un entorno de financiación embrionario y extremadamente lento.

Ante este panorama, resulta crucial apoyar de forma mucho más decidida el emprendimiento tanto desde la iniciativa privada como pública. Hay que propiciar un ecosistema de innovación interconectado que favorezca que emprendedores e industria estén preparados para asumir los riesgos que se les presentan y puedan adaptarse a las fluctuaciones del mercado.

Por tal motivo, ciudades de la República Argentina como Nueva Esperanza ( Santiago del Estero), Comuna de Emilia ( Santa Fe), Comuna Elisa (Santa Fe), y la comuna de Maria Luisa (Santa Fe) vienen desarrollando programas de sustentabilidad y transformación de su matriz productiva. Dichas ciudades vienen impulsando un proyecto de desarrollo e innovación basados en la instalación de pequeños polos agrotecnológicos con la finalidad de adherirse al programa de Usinas del Conocimiento, programa a implementarse por la Secretaria de Economía del Conocimiento bajo la órbita del Ministerio de Economía. 

Analizando el caso de la comuna de Emilia, uno de los puntos fundamentales para el desarrollo de dicha usina, es poder potenciar la creación de un centro de tecnología climática que permitiese eficientizar la matriz energética, generando microrredes en parajes cercanos, pero a su vez aprovechando los recursos humanos que la ciudad posee tanto en la localidad como la región, incentivando especialistas en tecnologías disruptivas.

En los casos de Elisa y de Maria Luisa, dichas ciudades apuntan a potenciar productos agrotech que faciliten y mejoren los rindes con agregado de valor de la producción regional.

Finalmente, todos estos proyectos responden a Planes estratégicos impulsados por sus gobiernos locales con aval de los gobiernos provinciales y de la nación para estimular un nuevo semillero de recursos humanos 4.0 que facilite el arraigo de jóvenes.

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