Socavones el enemigo silencioso de la infraestructura crítica de la República Argentina

Infraestructura crítica al borde del colapso

CR-7026 de junio de 2025RNRN
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Foto de archivo

El hundimiento del terreno es un peligro de lenta evolución con consecuencias ambientales y socioeconómicas adversas a nivel regional. Si bien a menudo se considera únicamente un peligro costero debido al aumento relativo del nivel del mar, el hundimiento también amenaza las zonas urbanas del interior, aumentando el riesgo de inundaciones, daños estructurales e interrupciones del transporte. Sin embargo, a menudo faltan tasas de hundimiento espacialmente densas que capturen variaciones granulares a alta densidad espacial, lo que dificulta la evaluación de los riesgos asociados a la infraestructura. 

Estimamos que al menos el 10 % del área urbana se está hundiendo en todas las ciudades de Argentina, principalmente debido a la extracción de agua subterránea, lo que afecta a unos 4 millones de personas. Además, más de 9 000 edificios se ubican en zonas de alto y muy alto riesgo de daños, lo que indica una mayor probabilidad de daños a la infraestructura. Estos conjuntos de datos e información son cruciales para desarrollar políticas ad hoc que adapten los centros urbanos a estos complejos desafíos ambientales.

Las provincias de Santiago del Estero, Córdoba, Neuquén, Mendoza, Salta, Corrientes, Catamarca, Formosa, Río Negro,Santa Fe y Buenos Aires tienen mayor tasa anual de riesgo de socavones, no obstante en ninguna de las jurisdicciones hay tasas actualizadas o análisis pormenorizados.

El programa City Risk-70 ofrece a los Gobiernos Locales una solución para abordar dicha problemática. 

Un primer paso crucial es identificar los impulsores específicos de la ubicación, ya que las causas antropogénicas pueden mitigarse, mientras que la subsidencia causada por procesos naturales a menudo requiere adaptación. Sin embargo, separar estos impulsores es un desafío ya que a veces se superponen múltiples mecanismos de subsidencia en una ubicación singular. Por ejemplo, la compactación natural de sedimentos en muchas ciudades costeras y deltaicas se ve agravada por la construcción de presas aguas arriba, la minería de arena, la extracción excesiva de agua subterránea y la extracción de hidrocarburos, lo que acelera las tasas de subsidencia.

En otras ciudades urbanas no costeras, donde los procesos tectónicos o de GIA ( Ajuste Glaciar Isostático) impulsan la subsidencia, las actividades antrópicas como la carga de infraestructura y la explotación de agua subterránea contribuyen a la subsidencia. En estas áreas, la mitigación dirigida a través de la planificación estratégica de presas, la recarga gestionada de acuíferos y las políticas de extracción de recursos pueden ser útiles para controlar, pausar o incluso revertir la subsidencia.

Por su parte, el director ejecutivo del Programa CR-70, Peter Sundheimer, expresó que para ser eficaces, las soluciones de mitigación propuestas deben ser técnicamente viables y estar alineadas con las necesidades de la comunidad, equilibrando las compensaciones entre los riesgos de hundimiento y el acceso a los recursos.

Finalmente, Sundheimer destacó que el programa tiene la finalidad de contribuir a los esfuerzos de adaptación enfoncandose en modernizar la infraestructura existente, integrar la sensibilidad al hundimiento en los códigos de construcción, limitar la carga de la infraestructura y mejorar el monitoreo de la infraestructura crítica de cada localidad.

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