El riesgo climático un nuevo abanico de oportunidades para el Real Estate

El cambio climático, que antes era una preocupación relativamente secundaria para muchos actores del sector inmobiliario, ha pasado a ocupar un lugar destacado en la agenda. Recientemente, los inversores se comprometieron a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas, los reguladores elaboraron normas de presentación de informes, los gobiernos locales en algunas regiones de la Argentina aprobaron leyes destinadas a reducir las emisiones, los empleados exigieron medidas y los inquilinos exigieron edificios más sostenibles. Al mismo tiempo, las consecuencias físicas cada vez más acentuadas de un clima cambiante se están haciendo más evidentes a medida que las comunidades se enfrentan a tormentas, inundaciones, incendios, calor extremo y otros riesgos.

La transición climática no solo crea nuevas responsabilidades para los actores inmobiliarios, que deben revalorizar y preparar sus carteras para el futuro, sino que también brinda oportunidades para crear nuevas fuentes de valor.

La combinación de esta transición económica y los riesgos físicos del cambio climático ha creado un riesgo significativo de fijación de precios incorrectos de los bienes raíces en los distintos mercados y clases de activos. Por ejemplo, un importante banco argentino realizó un análisis que encontró docenas de activos en su cartera de bienes raíces que probablemente estarían expuestos a devaluaciones significativas en los próximos diez años debido a factores como el aumento de las tasas de inundaciones y la pérdida de empleos debido a la transición climática. Además, un estudio de una cartera de acciones diversificada concluyó que, en ausencia de acciones de mitigación, los riesgos climáticos podrían reducir los rendimientos anuales hacia el final de la década en hasta un 45 por ciento.

Es momento que la inteligencia climática se la considere como un componente fundamental para la creación de nuevas legislaciones a nivel nacional que beneficie el acceso a los inmuebles destinados a la adquisición o alquiler, generando una política de incentivos en pos de mejorar la calidad y sostenibilidad de los desarrollos inmobiliarios.