Están las ciudades de Argentina preparadas para un Blackout?

Infraestructura de suministro eléctrico al rojo vivo.Cuando la Argentina está atada con alambres...

Infraestructura 07 de octubre de 2024 RN
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En los próximos años, se espera que la demanda de energía aumente considerablemente a nivel regional, por lo que, si no se aumenta la oferta, se producirán sobrecargas en la red. Al mismo tiempo, con el deseo de promover fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente, estamos atravesando un período de transición desde los combustibles fósiles tradicionales hacia las energías renovables, en el que podría existir el peligro de que la demanda supere la oferta. Si a esto le sumamos el mayor peligro de ataques cibernéticos, la volatilidad de la red, el envejecimiento excesivo de la infraestructura y los fenómenos meteorológicos extremos, el argumento para suponer que los apagones aumentarán en el futuro parece sólido. Dado que el sector energético es de vital importancia para la sociedad y la economía, se lo clasifica con razón como infraestructura crítica que deberá ser vigilada de cerca en el futuro.

Entre los efectos directos graves de los apagones se encuentran las interrupciones en el suministro de energía y agua, las restricciones de tráfico, las interrupciones en las transacciones de pago, las interrupciones en los procesos de fabricación o las restricciones en la atención médica. En general, se puede suponer que todos los demás segmentos de la infraestructura crítica se ven afectados en mayor o menor medida en caso de apagones. Además de los efectos directos, habrá numerosos efectos dominó en todas las partes de la cadena de valor.

Las consecuencias dependerán en gran medida de la extensión y la duración del apagón en la región. El peor escenario sería un apagón que se prolongue durante un período más largo (por ejemplo, un mes). Después de ese período, casi todos los sistemas de respaldo fallarán. La mayoría de los sistemas críticos (hospitales, sistemas de agua y saneamiento, bolsas de valores) cuentan con sistemas de respaldo. Sin embargo, estos solo tienen la capacidad de generar electricidad durante un máximo de unos pocos días.

Los escenarios anteriores ya han indicado la posibilidad de que se produzcan graves pérdidas económicas, aunque en la actualidad las pérdidas aseguradas son relativamente reducidas. La respuesta de la comunidad aseguradora se ha visto afectada por la complejidad y la profundidad de las importantes acumulaciones desconocidas y, por lo tanto, ha sido provisional. Existe un reconocimiento general de la necesidad de ofrecer a los clientes soluciones de riesgo adecuadas, pero es necesario realizar más investigaciones sobre las complejidades de la producción global en relación con cuestiones como el seguro de la cadena de suministro, la interrupción contingente de las actividades comerciales y las pérdidas no físicas. Los desafíos para la industria aseguradora surgen de los escenarios de reclamaciones que resultan de la naturaleza compleja e interdependiente de los riesgos. Sin embargo, se puede suponer que todas las principales líneas de negocio de seguros pueden verse afectadas por apagones eléctricos graves.

Cualquier desarrollo futuro de los seguros en este ámbito debe complementarse con una planificación precisa y exhaustiva de la continuidad de las actividades por parte de todos los sectores pertinentes, a fin de garantizar la fiabilidad de los datos de exposición para las aseguradoras.

Por tal motivo, el programa Red de Ciudades Emergentes invita a los Gobiernos Locales junto Cámaras empresarias, pymes y aseguradoras a trabajar planes de contingencia y gestión integral de riesgo a través de la conformación de Consejos Consultivos Empresariales de Gestión integral de Riesgos.

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