Crónica de un Desastre Anunciado: Ezeiza y la Urgencia de la Gestión de Riesgos

Comunidades Seguras05 de diciembre de 2025RNRN
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La columna de humo negro que cubrió el cielo de Carlos Spegazzini el pasado mes de noviembre no fue solo un evento tóxico; fue la señal visible de una falla estructural en el sistema de seguridad industrial argentino. La explosión e incendio en el Polo Industrial de Ezeiza, que dejó un saldo de más de 20 heridos y obligó a activar el "Código Rojo" en los hospitales de la región, ha vuelto a poner sobre la mesa un debate urgente: la falta de Gestión Integral de Riesgos (GIR) y la precariedad en la fiscalización estatal.

El Antecedente: Infierno en el Conurbano

​Lo que ocurrió en el predio logístico —señalado preliminarmente en firmas como Logischem— no fue un accidente fortuito. Vecinos y ex-operarios habían denunciado previamente olores químicos y manejos irregulares. Cuando los vidrios de las casas aledañas estallaron por la onda expansiva, se confirmó el peor de los temores: la convivencia entre zonas residenciales y "bombas de tiempo" industriales sigue siendo una asignatura pendiente.

​"Esperábamos un efecto Cromañón, pero por suerte no pasó", declararon fuentes médicas tras el siniestro. La frase hiela la sangre porque revela que el sistema reacciona ante la catástrofe, pero falla en prevenirla.

​¿Qué falló en la Gestión Integral de Riesgos?

​La Gestión Integral de Riesgos no es simplemente tener matafuegos al día. Implica un enfoque sistémico que abarca desde la segregación de sustancias incompatibles hasta el diseño de zonas de amortiguamiento (buffer zones) para proteger a la población civil.

​En el caso de Ezeiza, y en muchos parques industriales de la Provincia de Buenos Aires, se observan fallas recurrentes:

  • ​Incompatibilidad de almacenamiento: Depósitos que guardan químicos inflamables junto a corrosivos sin las barreras de contención adecuadas.

  • ​Sistemas de Alerta Temprana inexistentes: La población se entera del riesgo cuando ya está respirando el humo tóxico.

  • ​Planificación territorial deficiente: La expansión urbana ha rodeado a predios industriales que, en su origen, estaban aislados.

El Rol del Estado: Entre la Burocracia y la Ausencia

El punto más crítico recae sobre las autoridades municipales y provinciales. La normativa existe (como la Ley 11.459 de Radicación Industrial en PBA), pero su aplicación es laxa.

  • Habilitaciones Precarias: Muchas empresas operan con permisos provisorios que se renuevan automáticamente sin inspecciones exhaustivas de seguridad e higiene.

  • Falta de Personal Técnico: Los municipios a menudo carecen de equipos especializados para auditar industrias de alta complejidad  (Categoría 3), delegando todo en organismos provinciales que están saturados.

  • Fiscalización Reactiva: El Estado suele aparecer después de la explosión para clausurar, en lugar de auditar preventivamente los procesos de gestión de riesgos.

Para concluir, el siniestro en Ezeiza debe funcionar como un punto de inflexión. La seguridad industrial no es un costo operativo, es una inversión en viabilidad social. Mientras los controles estatales sigan siendo un trámite burocrático y no una auditoría técnica rigurosa, los parques industriales seguirán siendo protagonistas de las crónicas policiales en lugar de las económicas.

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