El Fin de la "Frazada Corta": Tokenización y Fideicomisos para Blindar a la Argentina contra el Cambio Climático sin Deuda Estatal

Normativa Lista: Transformando el Riesgo en Garantía de Inversión.

Finanzas sostenibles09 de diciembre de 2025RNRN
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Argentina se enfrenta a una paradoja histórica: es un país rico en recursos hídricos pero vulnerable, ciclotímicamente, a sus extremos. Desde las sequías que pulverizan el PBI agroexportador hasta las inundaciones que arrasan con la infraestructura urbana en el Litoral y la provincia de Buenos Aires, las amenazas hidrometeorológicas son el talón de Aquiles de la economía nacional.

Históricamente, la respuesta ha sido siempre la misma: esperar a que el Estado tenga fondos para construir defensas, canales y represas. Sin embargo, en un contexto de restricción presupuestaria y la necesidad imperiosa de mantener el equilibrio fiscal, la obra pública tradicional se encuentra paralizada.

¿Cómo se resuelve la ecuación de necesitar obras millonarias sin imprimir billetes ni tomar deuda soberana? La respuesta emerge de la convergencia entre las finanzas estructuradas y la tecnología blockchain: la tokenización de activos a través de Fideicomisos de Articulación Público-Privada.

El Costo de la Inacción
Según estimaciones recientes, las pérdidas anuales por eventos climáticos extremos en Argentina comprometen entre el 1% y el 3% del PBI. La falta de infraestructura crítica (defensas costeras, sistemas de drenaje pluvial, reservorios de agua) no es solo un problema de ingeniería, es un problema de solvencia nacional.

"No podemos seguir dependiendo de si llueve o no para cerrar las cuentas fiscales, ni podemos esperar a tener superávit para poner el primer ladrillo de un dique", explican expertos en gestión de riesgos de desastres.

La Solución: El Fideicomiso Tokenizado
La propuesta innovadora que está ganando tracción en los despachos de planificación implica un cambio de paradigma. En lugar de que el Estado licite y pague la obra, el Estado estructura un Fideicomiso Financiero.

Este vehículo legal aísla el patrimonio del proyecto. Aquí es donde entra la tecnología: el fideicomiso emite tokens de seguridad (security tokens) respaldados por activos reales (la infraestructura misma o los flujos de fondos futuros que esta generará).

¿Cómo funciona?

  1. Identificación: Se detecta una necesidad, por ejemplo, una represa de contención en la cuenca del Río Salado.
  2. Estructuración: Se crea un Fideicomiso Público-Privado. El Estado aporta los permisos, los terrenos o la concesión.
  3. Tokenización: El costo de la obra se divide en millones de tokens digitales.
  4. Inversión: Inversores privados (desde grandes fondos institucionales hasta pequeños ahorristas a través de apps) compran estos tokens para financiar la construcción.
  5. Retorno: Los inversores recuperan su capital más intereses mediante el cobro de tasas por uso de agua, peajes hídricos, generación de energía o, en algunos modelos, mediante bonos de carbono certificados por la prevención de desastres.


La Clave: Sin Comprometer el Equilibrio Fiscal

El punto más atractivo de este modelo para la administración pública actual es su neutralidad fiscal.

Al utilizar un fideicomiso, la deuda no la asume el Estado Nacional, Provincial o Municipal. Es una deuda del proyecto (Project Finance) contra los flujos futuros del mismo.

  • No impacta en el déficit: El dinero para la obra no sale del Tesoro.

  • No aumenta el riesgo país: Al ser financiamiento privado atomizado y garantizado por contratos inteligentes (smart contracts), no depende de la calificación crediticia del soberano.

  • Transparencia absoluta: Al estar montado sobre tecnología blockchain, cada peso (o dólar) que entra al fideicomiso y cada pago a los proveedores de la obra es trazable, inmutable y auditable en tiempo real por cualquier ciudadano, eliminando los sobreprecios históricos de la obra pública.


Un Mercado de Capitales para el Clima

Este modelo permite transformar un "gasto hundido" (construir un canal) en un activo financiero transable. Un inversor puede comprar un token que financia una obra de mitigación de inundaciones en Córdoba/ Santa Fe/ Santiago del Estero/ Corrientes entre otras,  y venderlo en un mercado secundario meses después si necesita liquidez.

Argentina tiene la oportunidad de ser pionera en la región utilizando la Articulación Público-Privada 2.0. Ya no se trata solo de grandes concesionarias negociando con el Estado, sino de abrir el juego al mercado de capitales global y local para financiar la infraestructura que protegerá la producción y la vida de los argentinos, sin pedirle un centavo a las arcas públicas.

La tecnología está lista. La necesidad es urgente. Solo falta la decisión política de transformar el agua, nuestro recurso más valioso y a veces más temido, en un motor de desarrollo financiero y social.

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