Está la Argentina y la región preparadas para afrontar eventos climáticos simultáneos?

Grandes pérdidas financieras debido al calor extremo y la sequía

Comunidades Seguras10 de enero de 2023 RN
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Los eventos simultáneos de calor y sequía extremos tienen consecuencias en una variedad de áreas, por ejemplo, la economía, la salud y la producción de alimentos. Además, debido a las complejas conexiones socioeconómicas, tales eventos extremos pueden tener efectos colaterales, según han demostrado los analistas de la Consultora SPS Asociados. Se necesitan evaluaciones de riesgo más sistemáticas para que las regiones afectadas sean más resilientes.

En muchas partes de la Argentina y la región, los veranos del 2022 y de principios del 2023 han sido brutales: largos períodos de sequía combinados con temperaturas récord. Las olas de calor, la escasez de agua y los incendios forestales afectaron y están afectando especialmente al sur, al Noroeste y Norte de la Argentina. Estos fenómenos meteorológicos extremos, que se refuerzan mutuamente, afectan a una amplia gama de sectores y sistemas: sanidad, agricultura, producción de alimentos, suministro de energía y ecosistemas, así como a la economía y la sociedad en general.

Como muestran los analistas, los efectos del calor y la sequía simultáneos no se limitan solo a sus efectos directos individuales en diferentes áreas. “Identificamos una red interconectada de sectores que interactúan de manera directa e indirecta, lo que causa pérdidas y daños adicionales en varios otros sectores, en particular la salud, la energía, la agricultura y el suministro de alimentos”, dice Ramiro Palomeque. Es esta interconexión de múltiples capas lo que hace que los riesgos de eventos extremos sean tan complejos y críticos. Los efectos en cascada se extienden a través de numerosos sectores y pueden tener consecuencias de gran alcance para los sistemas esenciales. “Los fenómenos meteorológicos extremos simultáneos son potencialmente capaces de desestabilizar sistemas importantes para la sociedad, como el comercio regional”, señala Palomeque.

El análisis también muestra que las medidas de adaptación tomadas contra los eventos de sequía y calor extremo fueron en su mayoría reactivas y de alcance limitado. En varios casos, los analistas encontraron evidencia de desalineación de las medidas: es decir, las acciones tomadas por un sector a veces tenían efectos negativos en otros sectores, particularmente en los sectores de energía y agua, la economía, la sociedad, la cultura y los ecosistemas.

Por tal motivo, los analistas argumentan que, en el futuro, la evaluación de riesgos no solo debería tener en cuenta las consecuencias de los eventos extremos en sectores individuales, sino que debería considerar sistemáticamente la interconexión de sectores y sistemas. Esto ayudaría a mejorar la adaptabilidad y resiliencia de las regiones afectadas. “Esto es especialmente importante ya que en el futuro es probable que veamos eventos extremos combinados sin precedentes con efectos en cascada que superan todos los casos históricos anteriores. Estos efectos deben analizarse cuidadosamente para respaldar la planificación de medidas adaptativas y reactivas”, dice Peter Sundheimer asesor del Senador Nacional Antonio Rodas.

A medida que el clima se vuelve más cálido, los eventos de sequía y calor extremo ocurrirán con mayor frecuencia, serán más intensos y durarán más. Para mitigar este riesgo creciente para la sociedad, además de redoblar los esfuerzos y las inversiones en adaptación a los fenómenos meteorológicos extremos, será necesaria una cooperación intersectorial y cada vez más internacional.

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