Argentina: Preparándonos para la nueva normalidad

Los Consejos Consultivos Empresariales de Gestión de Riesgo como factores del cambio.

CR-7002 de julio de 2025RNRN
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Presa Portezuelo Grande. Crecida del río Neuquén.Imagen de Archivo.

¿Puede un país como Argentina afrontar los daños sin precedentes causados ​​por fenómenos extremos? Si las circunstancias actuales persisten, la respuesta es no. La limitación financiera de un país de bajos ingresos como el nuestro no puede pasarse por alto, y no siempre podemos depender de la ayuda extranjera para gestionar los desastres. La financiación climática y el apoyo a la reducción del riesgo de desastres por parte de socios internacionales son cada vez más inciertos debido a la incertidumbre global y los cambios geopolíticos. Esta realidad nos obliga a desarrollar estrategias y planes de acción autosuficientes para afrontar los extremos climáticos y minimizar las pérdidas futuras. Para prevenir crisis económicas, sociales, de infraestructura, agrícolas y alimentarias, debemos reconocer nuestra realidad actual y planificar en consecuencia.

La Política Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, enfatiza la importancia de integrar la reducción del riesgo de desastres (RRD) en todos los sectores, incluyendo los ámbitos social, de infraestructura, sanitario, económico y ambiental. Sin embargo, la falta de directrices claras de implementación y la urgencia sectorial han dificultado la traducción efectiva de esta política en acciones concretas sobre el terreno. El enfoque de Argentina para la reducción del riesgo de desastres se ha orientado tradicionalmente más a la respuesta, con un énfasis insuficiente en la preparación proactiva, un cambio que podría reducir significativamente los costos de respuesta y recuperación.

De igual manera, nuestras estrategias de mitigación para desastres como inundaciones y deslizamientos de tierra se han mantenido prácticamente inalteradas durante décadas, a pesar de su limitada sostenibilidad, eficacia y pertinencia ante los desafíos cambiantes. Debemos reevaluar y modernizar críticamente los métodos convencionales utilizados para la gestión de ríos, el control de deslizamientos de tierra y otras medidas de mitigación de desastres para garantizar que sean adecuados al contexto y resilientes a riesgos futuros. Con frecuencia, se ha pasado por alto el conocimiento local al desarrollar planes de mitigación para inundaciones, deslizamientos de tierra y otros desastres. Las soluciones basadas en la naturaleza, que ofrecen alternativas sostenibles y rentables, no han recibido la atención que merecen, especialmente considerando las elevadas demandas de inversión de las medidas estructurales tradicionales.

El gobierno por sí solo no puede abordar el aumento de desastres. Por lo tanto, es necesaria la colaboración con ONG, OING, universidades, instituciones privadas y organizaciones comunitarias para abordar los componentes relevantes de la reducción del riesgo de desastres, como campañas de concienciación, la promoción del conocimiento local, la investigación, etc.

Desde el Programa City Risk-70 ofrecemos a los Gobiernos Locales y al sector privado abordar el proceso preventivo de crisis con una estructura unificada, con responsabilidades claramente definidas que incluya la representación de todos los actores involucrados en la reducción del riesgo de desastres, haciendo hincapié en el analisis de los riesgos en las cadenas de suministro e infraestructura crítica.

City Risk-70 tiene como eje principal la articulación público privada potenciando la identificación de fuentes de financiación para proyectos que posean factibilidad financiera.

Por su parte, Peter Sundheimer, Director ejecutivo del programa se refirió a la factibilidad financiera que los potenciales proyectos deberían tener, haciendo mención exclusiva a la forma que estas deberían fundamentarse a través de un análisis de costo de reposición donde se cuantificasen los beneficios directos e indirectos de dicha obra en las cadenas de suministro.

Finalmente, Sundheimer instó a los Gobiernos Locales y al sector privado a sumarse a trabajar de manera articulada con el fin de potenciar los riesgos a futuro a través de la creación de los Consejos Consultivos Empresariales de Gestión de Riesgos que el programa posee a nivel regional y/o nacional.

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